El nombre deriva del fenicio Gezabele, desde Ezbel cuyo significado es "amante de Baal". Otros lo consideran una variante medieval del nombre español Elisabetta. El antiguo nombre español Elisabet se habría convertido en Elisabel y (más tarde) consecuentemente reducido a Isabel. Introducido en Italia, se convierte en Isabella, en parte por la asonancia con "bella", en parte apoyado por el francés Isabelle.