Nombres prohibidos en Arabia Saudí

El nombre es una de nuestras señas de identidad. Al oírlo, siempre nos identificamos con él. Algunos optan por poner un nombre de un famosos a su hijo, y otros, como por ejemplo, el pueblo burgalés de Huerta del Rey, del mártir romano del día en que nace el bebé. Por ello entraron a formar parte del Libro Guinness de récords mundiales por ser el pueblo con los vecinos con los nombres más raros del mundo.

Hace un mes, el estado mexicano de Sonora prohibió el uso de ciertos nombres para evitar el 'bullying' en los colegios. Tremebundo, Christmas Day o Burger King son algunos de los apelativos que quedan vetados, a los que hay que añadir los que contengan palabras discriminatorias, los registrados con más de dos nombres, o llamarlos simplemente con siglas.

El último país en vetar una serie de nombres es Arabia Saudí, donde el Ministerio del Interior ha prohibido 50 apelativos "extranjeros", relacionados con la realeza y considerados blasfemos, ya que a ojos de la monarquía wahabí, contraviene la cultura o la religión del reino y su uso es "inapropiado".

Abdull Nabi y Abdul Husaín son dos nombres muy comunes entre las poblaciones chiíes y árabes suníes, pero que por sus significados varían en función de la rama del Islam que se profese, y que pueden ser maltinterpretados. Abdull significa 'devoto de' o 'esclavo de' en árabe, mientras que Nabi es 'profeta' y 'mensajero'. El argumento para impedir estos nombres es que entran en conflicto con la figura de Dios, que cuenta con los atributos de 'devoción' o 'profeta'. Y que solo Dios puede ser adorado.

En Arabia Saudí tampoco quieren nombres que se puedan relacionar con la realeza, especialmente los títulos como Sumuw (alteza), Malek (rey) y Malika (reina) y otros términos que son bastante frecuentes como Malak (ángel) o Amir (príncipe). Además, a lista se suman 50 nombres extranjeros como Linda, Alice, Sandy, Elaine, Lauren o Sitav.